El 90% de la información que recibimos en el cerebro cuando manejamos nos llega a través de la vista. Por esa razón, es de vital importancia que el parabrisas del auto esté limpio y tenga un estado óptimo. Con el objetivo que los “ojos” del vehículo nos permitan ver bien cuando estamos al volante, dejamos algunos consejos para mantener en el mejor estado de este elemento crucial en el vehículo.
Insectos
Es inevitable que acaben estampados contra la carrocería y parabrisas. Sus restos sobre el cristal son difíciles de limpiar, pero hay que hacerlo con regularidad para no comprometer la visibilidad ni dañar los limpiaparabrisas. Ante esta situación, el líquido en el depósito es calve. En caso de vaciarse, los limpiaparabrisas expandirán la mancha y es lo que no queremos.
Ya en casa, podemos humedecer una toalla con agua y algún jabón o producto de limpieza doméstico, y dejarla actuando durante la noche. Lo mejor es emplear cepillos de cerdas suaves o, en su defecto, un paño blando con el que se pueda ejercer presión sin dañar el cristal. En el caso de manchas muy marcadas, se recomienda emplear un poco de bicarbonato de sodio en un paño de microfibra.
El polvo y la arena
En caso de que el parabrisas este cubierto de polvo o arena, no hay que activar los limpiaparabrisas, porque se podrían dañar y rayar los cristales.Lo mejor es limpiar el parabrisas con aire y agua a presión, o echar agua con una botella, para retirar la mayor parte de arena o polvo de los cristales.
El clima
En verano e invierno es la época cuando más parabrisas se rompen, las temperaturas extremas y las diferencias térmicas generan grandes tensiones en los cristales. Esta condición puede provocar que un impacto se convierta en una rotura irreparable. En caso de que el parabrisas sufra un impacto hay que acudir al taller antes que sustituirlo. Es importante saber que un parabrisas reparado recupera el 100% de sus condiciones y rigidez original.