La lluvia es uno de los eventos meteorológicos más peligrosos con los que nos podemos encontrar al momento de manejar. Afecta nuestra visibilidad, perjudica las condiciones del camino y por consiguiente, altera el comportamiento del auto.
Muchos accidentes se generan en la época de lluvias por diversas imprudencias de algunos conductores. No obstante, con el objeto de que conozcas qué NO hacer bajo la lluvia, te damos los cinco errores más frecuentes que se cometen al manejar bajo está condición meteorológica.
1. Manejar pegado al costado del camino
Los caminos están construidos para que estén más altos en su parte central que en los bordes. El peralte puede ser mínimo, pero ocasiona que el agua se deslice del centro hacia las zanjas. Si estás manejando en la lluvia y te pegás a la derecha o la izquierda de un camino, estarás sometiendo a tu auto al flujo constante de agua o charcos; lo que necesitás es hacer lo contrario, o sea, mantener tu unidad lo más que puedas en el centro del camino. Esa área, aunque no esté seca, seguramente estará mejor que en los bordes del camino donde perderás algo de adherencia.
2. No encender las luces
Con la lluvia las nubes cubren el sol, lo que disminuye la visibilidad en el camino; además de la cortina de agua. Por estas razones, es necesario encender las luces para que otros conductores te puedan ver. Cabe aclarar que tampoco es adecuado utilizar las luces altas, con esto, la lluvia se refleja obstaculizando tu visual, además de poder cegar a algún conductor que con mucho esfuerzo está conduciendo y orientándose en el camino.
3. Manejar con visibilidad nula en el parabrisas
Aunque suene obvio, existe gente que lo hace. En una lluvia intensa, la cantidad de agua puede nublar la poca visibilidad que hay; no importa si ya conocés el camino, manejar a ciegas no es la opción. Por más rápido que tus limpiaparabrisas estén trabajando, hay veces que no podrán despejar totalmente grandes cantidades de agua. Lo más recomendable es buscar a la brevedad un lugar donde puedas estacionarte y dejar pasar la lluvia. No arriesgues tu vida por más rápido que quieras llegar.
4. Conducir dentro de ríos de agua
Quizá no sea literal, pero si ves correr agua en gran cantidad lo mejor es no llevar tu auto por ese camino. Podés provocar que tu auto quede varado si una rueda se mete en algún pozo que no pudiste ver o, en el peor de los casos, podés ser arrastrado por la fuerza de la corriente y tu vehículo se convierte en un tronco arrastrado por el “río”; además de que tu unidad quedará inservible, ponés en riesgo tu vida.
5. Manejar muy rápido
En rutas y avenidas está indicado el límite de velocidad que existe en cada una, pero esto aplica cuando están secas, por lo que cuando están húmedas, deberías ser aún más precavido. Lo mejor es limitar tu velocidad cuando estés manejando bajo la lluvia. El peor peligro potencial al conducir a gran velocidad es el aquaplaning, fenómeno indeseado que provoca la pérdida de adherencia con la consecuente sensación de “flotar”. No tendrás control en la dirección, ni de la tracción, ni de los frenos.