Actualmente, los precios crecientes del combustible y la escases en las estaciones de servicio, ya sea nafta o gasoil, obligan a muchos conductores a manejar casi en la reserva. Sin embargo, esto no es lo más conveniente ya que puede generar diversas contrariedades mecánicas con altos costos y circuntancias realmente molestas.
Entre los problemas mecánicos que se pueden ocasionar tenemos:
- La nafta actúa como refrigerante para la bomba de combustible, por lo tanto, si manejás con el tanque casi vacío esto genera que la bomba succione aire, lo cual genera calor, ocasionará que se desgaste y falle. La reparación de este tipo de dispositivo es bastante costosa comparada con llenar el tanque.
- La mayoría de los combustibles no son de buena calidad por lo que pueden dejar residuos que se depositan en el fondo del tanque. Asimismo pueden haber rastros de otras partículas como polvo del ambiente. Al tener poco combustible en el contenedor, esa suciedad es "chupada", se filtra fácilmente por las líneas y puede bloquear el filtro.
- Otra consecuencia de manejar con poco combustible es quedarse varado o tener un accidente cuando eventualmente el auto se detenga –podrías estar en medio de una concurrida avenida principal o en una ruta completamente desierta. Esto requerirá la ayuda de una grúa, conseguir carburante, pero lo peor de todo es que ponés en riesgo a tu persona y a tu familia, así como pasar un mal rato.
Afortunadamente estos escenarios pueden prevenirse por lo que a continuación te damos unos consejos:
- Mantener el tanque lo más lleno posible, como mínimo un cuarto de su capacidad.
- Reabastecer el tanque si pretendés hacer un viaje largo o si vas a trabajar, ya que podrías quedarte varado en medio del tránsito.
- En algunos vehículos se cuenta con un sistema que te informa de la autonomía disponible en kilómetros. Sin embargo, no confíes del todo en esos números, ya que dependiendo de tu estilo de manejo y tránsito pueden modificarse en cualquier momento.