La gama Bentley se compone de dos ramas, el Mulsanne como cúspide del lujo (y del precio) y los Continental GT (coupé), GTC (cabrio) y Flying Spur (sedán), que en Ginebra se presenta fuertemente renovado
El sedán de entrada a la gama Bentley (una entrada igualmente muy cara) conserva la misma plataforma, pero ahora abandona la denominación Continetal. Estéticamente conserva los rasgos distintivos como los dobles faros delanteros, pero cambia todo lo demás incluyendo nuevas superficies, techo rebajado y grandes luces traseras rectangulares.
Mecánicamente se ofrece con una versión mejorada del conocido W12 6.0L en dos variantes, de 550 CV y 650 Nm, y de 615 CV y 800 Nm, ambos asociados a una caja automática de 8 relaciones y tracción integral con reparto 40:60 entre el eje delantero y el posterior.
La potencia es bien aprovechada por un chasis que fue reforzado, pero también sometido a una dieta de 50 kilos. El resultado en un 0 a 100 km/h en 4.3 segundos y 322 km/h de máxima, nada mal para un sedán de ultra lujo, ¿no?