dom 22 de diciembre de 2024

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Test drive

Chevrolet Corvette Stingray en pista

El nuevo deportivo americano tiene más tecnología y el manejo es mejor que nunca

Chevrolet Corvette Stingray en pista

A casi un año de su presentación en el Salón de Detroit, tuvimos en nuestras manos el nuevo Chevrolet Corvette Stingray Z51 para nuestro especial de Lo Mejor del Año.

En este tiempo que transcurrió desde la presentación a que Autocosmos lo tuviera en una pista, vimos que un ejemplar de Corvette C2 “Stingray” (de donde toma el apellido el nuevo deportivo norteamericano) se subastó en 3.2 millones de dólares, Fisher Price lanzó una versión para niños e inclusive chocaron uno antes de que saliera a la venta al público en Estados Unidos.

El nuevo “Vette” ha sido toda una locura mediática y aunque ya lo habíamos manejado en suelo norteamericano, teníamos que probarlo en la pista y ver por qué la prensa mundial se ha vuelto loca por este auto.

La séptima generación del ícono norteamericano (no olvidemos que aunque se llame Stingray, es el Corvette C7) fue completamente renovado y refinado. El diseño sin duda es modernista, agresivo y con cierto toque de insecto por algunos ángulos. Otros dirán que es una copia –o tiene mucha influencia- del Ferrari F12 Berlinetta. La realidad es que el Stingray luce realmente espectacular tanto en la pista (con todos los demás “juguetes” que tuvimos) y en la calle, robando miradas y contando un sinfín de dedos apuntándonos cuando lo manejábamos.

Nos gusta el hecho de que General Motors se haya atrevido a llevar más allá al nuevo Corvette pero como veremos a continuación, no sólo fue en materia de diseño, sino en materiales, interior y sobre todo manejo.

El interior ofrece una experiencia meramente deportiva con todo orientado al conductor. Un detalle que nos llamó la atención y fue de nuestro agrado es que para seleccionar la temperatura de la zona del pasajero, tiene los controles justo debajo de la salida del aire acondicionado. Así de centrado al conductor está el habitáculo. Los asientos son cómodos, la posición es completamente ajustable gracias a la regulación eléctrica de los mismos y al transitar en ciudad es muy cómodo, solo hay que cuidar la parte delantera en los moderadores de velocidad.

Algo que llamó nuestra atención también es el clúster de instrumentos, que ahora es completamente configurable y cambia tanto la información mostrada como el diseño de acuerdo al modo de conducción que se haya seleccionado desde la perilla que se encuentra en la consola central.

El nuevo Vette tiene varios juguetes que además de darte información valiosa –para los que realmente saben lo que significan las fuerzas G, presión de aceite, temperaturas de aceite y agua, etc.- probablemente serán usados únicamente para impresionar a los amigos del dueño cuando esté mostrando su auto pero es algo que sin duda le suma valor.

El manejo del Corvette ha mejorado con el paso de los años, sobre todo desde la quinta generación. Hace algún tiempo probamos el Corvette C6 Grand Sport y nos sorprendió con una suspensión refinada, aunque un poco más dura, pero que ofrecía un buen manejo, aunque se notaba la torsión de la carrocería al pasar un bache. Después, la cereza del postre fue el ZR1 que además de ser el más potente de la historia del modelo, entre otras cosas curiosas que valen la pena saber, es también el mejor Corvette que hemos tenido oportunidad de manejar.

El C7 entonces tenía que ser mejor que cualquier C6 y lo lograron. El Stingray es cómodo de manejar en ciudad y cuando se lo exige, cumple y bien. El V8 de 6.2L con 460 CV y 630 Nm es una delicia y aunque está acoplado a una transmisión automática tradicional de seis velocidades (también está disponible con una manual de seis por el mismo precio) la respuesta es inmediata la presionar el pedal derecho. Se siente un poco de retardo cuando se maneja en modo manual con las levas detrás del volante, pero en pista cumplió.

El Corvette Stingray no sólo ofrece más potencia y deportividad, sino que también cumple con proteger al ambiente ya que de los ocho cilindros, se pueden desactivar cuatro en modo ECO de manera automática; también el diseño aerodinámico responde a la necesidad de un menor arrastre aerodinámico que también beneficia al consumo de combustible.

La estructura es mucho más rígida y nunca se siente la flexión que tenía la generación anterior (todos menos el ZR1).

En general, todo en el nuevo Corvette Stingray es mejor, pero lo más importante es que está a la altura de autos deportivos de su segmento en terminaciones, manejo y prestaciones deportivas.

 

Lanzamos el compromiso Autocosmos 2013: La prueba de un auto memorable por día hasta fin de año. Mañana, Porsche Panamera Hybrid SE.

Héctor Mañón. Fotos: José Luis Ruiz recomienda