Los grifos eran unas criaturas mitológicas mitad león, mitad águila, con plumas doradas y una fuerza descomunal. Según las muchas leyendas que giran por el mundo, cuando rugían eran capaces de generar terremotos y al batir las alas los mares se volvían caóticos. Cabalgar un grifo era cosa de deidades, por eso Apolo, el dios griego de la luz, era frecuentemente relacionado con estos seres.
Seguramente en esto habrán pensado los muchachos de Koenigsegg al presentar el Agera RS Gryphon en el Salón de Ginebra. Esta versión del hiperdeportivo se retrotrae a las leyendas para mostrarse como un vehículo de calidad reservada para coleccionistas y a pedido de los clientes, como es lo usual en empresas dedicadas a los autos especiales, como la marca sueca. Con 1.360 CV erogados por el motor 1MW V8 biturbo que fue usado en el One:1, el Gryphon queda muy cerca de cumplir con el 1:1 en relación peso potencia, ya que su masa es de 1.395 Kg.
Pero lo particular de este modelo es lo que se ve en el exterior. Haciéndole justicia a la criatura de la que lleva el nombre, el Gryphon tiene detalles en oro de 24 kilates que se acoplan a la carrocería de fibra de carbono, imitando así las plumas doradas de los grifos míticos. Los logos, las insignias, las líneas exteriores, el casco adicional y algunos mecanismos internos fueron hechos en el metal precioso.
El interior es el mismo que se ve en el Agera RS, aunque agrega la palabra "Gryphon" y algunos detalles, cómo no, dorados. El techo duro, como podemos ver en las imágenes, se puede remover para guardarse en el frente del coche y brindarle confort a su comprador, el coleccionista Manny Khoshbin. No trascendió el precio que debió pagar este estadounidense por hacerse con este tremendo auto hecho a medida.
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